Refrescante, lúcido, sorprendente, apañado, caracolizante, reflexivo, apasionado, contemplativo, pausado, frenético, colifloresco... mi mundo y yo.

Zúhmántico: Se dice de aquella persona, ser o cosa enamorada de la vida, capaz de transformar momentos y situaciones vividas en simples y exiguas palabras y con la habilidad de ver el doble sentido de toda frase, comúnmente conocidos como romanticones.

Actualmente trabajando en esto: Zúh Malheur Bonheur.

Un ser bípedo, gracioso, crítico, osado, amoroso cuando se deja, con un montón de cosas por decir y con un contenido sentido de la austeridad verbal.


19 jun 2016

Zúhcabulario LVIII

Homogilia: Término que engloba a todos aquellos seres —no humanos— que proclaman a los cuatro vientos lo gilipollas que son cuando intentan, de una manera u otra, derrumbar la homosexualidad con argumentos sin ningún tipo de fundamento. El término es totalmente complementario a la homofobia, dando a entender que todo ser homofóbico es, por ende, gilipollas.

18 jun 2016

Viaje a un Oslo imaginario

I

Amanece,
codos preparados,
dejamos los años atrás,
a más de seis centellas de distancia,
nos decimos el uno al otro; ya huele a locura.


II

Las rotondas se retuercen,
andas perdido,
corres desorientado,
vuelas evocado,
sueñas despierto.


III

Bajo la perennidad,
rígidas las cabezas que no piensan,
al acariciar el banco,
junto a la puerta,
que parecía un arco.


IV

Entre curva y curva,
mi mano sobre tu hombro,
fabricando miel con nuestros pensamientos,
donde la espuma lleva la almohada al altar,
y los sueños compartidos son.


V

Respirando el blanco de tus sábanas,
inmortalizamos nuestro contento,
envueltos en una melodía mediterránea,
subimos a lo más alto del castillo,
para vislumbrar el lugar desde el que diremos adiós.


VI

Todo vuelve a la absurda normalidad,
y al leer tus lejanas letras,
me evaporo en un parque de Londres,
en el que buscaremos un banco,
para volver a sentir; un Big Ben entre nuestros pies.

9 jun 2016

8 jun 2016

7 jun 2016

Fotogramas (VI)

El día que Kurt Cobain conoció a su ídolo, William Burroughs.
“Lo que recuerdo es la expresión moribunda de sus mejillas. Él no tenía intención de suicidarse. Por lo que yo sé, ya estaba muerto“.